Colgamos el espejo
a la cabecera de la cama.
El miró alrededor y dijo,
“nunca… nunca tuve una casa así”
Yo dije: ¡dale, seguí, quiero más “nunca-nunca”
!Nos reímos.
Me besó o lo besé.
Ese marco ancho y oscuro
que recuerda a un claro de luna
sobre una charquita
entre juncos brotados de
moradas flores afásicas
fue mi último audaz emprendimiento manual.
Después surgió la idea de hacer millones
vendiendo cientos de marcos con espejos
elaborados en el lavaderito del fondo
que habría que reformar un poco, claro.
Tal vez hasta podría escribir poemas en los marcos
Y confesiones y conjuros con tinta roja diva
o invisible
¡o en papelitos diminutos
que hubiera que leer con lupa!
Un sobrio catálogo anexo al objeto-marco
prevendría al consumidor
sobre la obra literaria que sostiene.
Entonces sería arte, ya no "manualidad".
Serían marcos de autora,
marcos de mil pesos que nadie comprendería
en su enigmática esencia de charca,
pero todos querrían tener.
La gente comenzaría a reconocerme.
Dirían: “ésta, al final, no tenía un pelo de tonta”.
Le dirían a terceros: “tengo una diseñadora amiga que…”
Ahora le paso la franela,una vez por semana
le paso la franela
cuando él se va temprano
corriendo
a trabajar.
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a la cabecera de la cama.
El miró alrededor y dijo,
“nunca… nunca tuve una casa así”
Yo dije: ¡dale, seguí, quiero más “nunca-nunca”
!Nos reímos.
Me besó o lo besé.
Ese marco ancho y oscuro
que recuerda a un claro de luna
sobre una charquita
entre juncos brotados de
moradas flores afásicas
fue mi último audaz emprendimiento manual.
Después surgió la idea de hacer millones
vendiendo cientos de marcos con espejos
elaborados en el lavaderito del fondo
que habría que reformar un poco, claro.
Tal vez hasta podría escribir poemas en los marcos
Y confesiones y conjuros con tinta roja diva
o invisible
¡o en papelitos diminutos
que hubiera que leer con lupa!
Un sobrio catálogo anexo al objeto-marco
prevendría al consumidor
sobre la obra literaria que sostiene.
Entonces sería arte, ya no "manualidad".
Serían marcos de autora,
marcos de mil pesos que nadie comprendería
en su enigmática esencia de charca,
pero todos querrían tener.
La gente comenzaría a reconocerme.
Dirían: “ésta, al final, no tenía un pelo de tonta”.
Le dirían a terceros: “tengo una diseñadora amiga que…”
Ahora le paso la franela,una vez por semana
le paso la franela
cuando él se va temprano
corriendo
a trabajar.
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9 comentarios:
Q nindo, Nina, me gusta eso d epasar la franela,sos toda dulzura. ademas..ya loi habia leido! besos (lo tengo en mi pc) jejeje
lo d epasar la franela moon?! pense que ibas habalr de la cotidianidad y cuando se tienen planes juntos, y lo de .. ta moon! tarjeta roja
NINA, nada que ver con el post... cambiaste todo tu blog y volaste el post de Olvido Imunitivo..............
Quiero explicaciones!!!!!!!!!!!!!!
En una bien
yo quiero un marco de esos que si los miras con luz ultravioleta dice "que miras pelotudo" pero que a simple vista no se ven
un beso nina
juan
por su puesto que fue una desarticulación de los esquemas, o salirme de eje, o algo. pero en definitiva eso que buscás vos y yo y todos... la cotidianeidad de llegar y decir.. hacemos café?
te quiero sobremanera
A veces me pregunto de qué lado del espejo estoy.
Te voy a robar la idea de los espejos :P
Quiero uno de esos espejos! Nina, mirá que hay mercado, por qué no?
Iba a comentarte algo, pero me encontré con todo cambiado y hasta parece que desapareció la única entrada en la que había comentado =(
Snif, snif, snif =(
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